Hace unos meses, en un movimiento que pasó prácticamente desapercibido, el hostil gobierno de Irán anexó en forma inusual, un sitio sagrado judío a la lista de patrimonio nacional.
por Michael Freund
Hace unos meses, en un movimiento que pasó prácticamente desapercibido, el hostil gobierno de Irán anexó en forma inusual, un sitio sagrado judío a la lista de patrimonio nacional.
El 9 de diciembre del 2008, las agencias de noticias iraníes reportaron que la tumba de Mordejai y Ester, héroes de la saga de Purim, estarían ahora bajo la protección y responsabilidad del gobierno oficial.
Las noticias mostraron brevemente el sitio, el cual es muy conocido para los judíos iraníes pero no tanto para aquellos que se encuentran fuera del país. Y como purim se acerca, vale la pena tomarse unos minutos para reflexionar sobre lo que esta reliquia representa para nuestro pasado.
El mausoleo de Mordejai y Ester consiste de una simple estructura coronada por una cúpula la cual fue construida entre hace cinco y siete siglos sobre las tumbas mismas. Se encuentra en la ciudad noroccidental de Hamadán, la cual se encuentra a unos 335 kilómetros de la capital Teherán. De acuerdo a la tradición, Hamadán es el sitio en donde se encontraba la ciudad de Shushán, la cual tuvo un rol central en los eventos descriptos en el libro de Ester.
Varios viajeros a lo largo de los años tomaron nota acerca del sitio, cuando el primero de ellos fue Benjamín de Tudela, el famoso explorador judío del siglo XII.
Los judíos iraníes comenzaron a reverenciar el sepulcro, y muchos comenzaron a viajar a Hamadán para pasar purim allí, leyendo la meguilá en la tumba. Otros realizaban celebraciones familiares, tales como bar mitzvá, circuncisión, y demás.
La entrada al sitio, según lo dicho, fue construida intencionalmente de baja altura, para así obligar a los visitantes a bajar la cabeza en el momento en que ingresaban, mostrando así respeto. Dentro del hall principal, el cual se encuentra adornado con inscripciones en hebreo, yacen dos largas cajas de madera decoradas, o troncos, bajo los cuales es dicho que se encuentra el lugar de descanso de Mordejai y Ester.
Una pequeña sinagoga se encuentra adjunta a la tumba, y el sitio es considerado sagrado para musulmanes y cristianos, quienes también vienen a rezar allí.
Al lado del mausoleo hay un gran hoyo en la tierra, los cuales los judíos iraníes creen que es la entrada a un túnel que llega hasta Jerusalem.
Interesantemente, existe otra tradición, la cual identifica el lugar tradicional de entierro de la reina Esther y Mordejai como lugar ubicado en el pueblo de Baram, en la alta Galilea, cerca de Safed.
En 1215, Rabi Menajem Hajevroní escribió que durante su visita a Galilea, pasó por la tumba de la reina Ester, “quien, durante su vida, le dijo a su hijo Cyrus que la entierre allí”. Otros peregrinos, en años posteriores, mencionan dichos sitios, y las celebraciones especiales que tenían allí durante Shushán Purim.
Actualmente, se cree que la tumba se encuentra en las ruinas de un edificio que fue encontrado en el parque nacional de Baram.
Luego de que el área fue liberada durante La Guerra de la Independencia israelí, un grupo de judíos de Safed fue a la tumba en purim de 1949 y leyó la meguilá allí para así revivir la antigua tradición de las generaciones previas.
Por lo tanto, tenemos dos tradiciones conflictivas con respecto a donde están enterrados los protagonistas de la historia de Purim, cuando una dice que en Persia y la otra que aquí en Israel, mucho más cerca de casa.
Y mientras que no podemos determinar con certeza cuál de las dos tradiciones es la auténtica o correcta, de algo podemos estar seguros: las hazañas de estos dos héroes judíos nunca se borrarán de nuestra memoria colectiva. Como la propia meguilá nos dice (9:28): “y estos días de Purim no pasarán de entre los judíos, y sus recuerdos no se interrumpirán de entre sus descendientes”.
Shavei Israel
martes, 17 de marzo de 2009
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