jueves, 1 de noviembre de 2007

El movimiento Masortí

No pretendo en este escrito resumir el surgimiento y conformación histórica del judaísmo Masortí desde sus comienzos en el siglo XIX hasta la actualidad, pero si hacer una especie de muestreo de sus principios fundacionales, de las acciones y compromisos del presente y los valores que considero lo sostienen y lo hacen vigente.El judaísmo conservador denominado también judaísmo Masortí es una corriente de la cultura religiosa del judaísmo rabínico que intenta ser un movimiento progresivo de acercamiento a la tradición en permanente evolución y desarrollo.La crítica e interpretación de las fuentes judías a la luz de las circunstancias sociales, económicas y políticas han sido indispensables para que el judaísmo permanezca vivo a través de la historia.El judaísmo se adaptó constantemente a las crisis, problemas y condiciones cambiantes, sin descuidar su esencia.En algunos períodos de nuestra historia nuestros sabios modificaron prácticas arraigadas y establecidas en el pueblo a fin responder a las circunstancias. Un ejemplo de esto fue el traslado del centro espiritual y religioso de Jerusalén a Iavne poco tiempo antes de la destrucción del Gran Templo en el año 70 d.e.c. junto al decreto de takanot (dictámenes rabínicos) que permitirían continuar la vida judía superando el duelo permanente.Los conservadores creemos que la halajá (ley judía) debe ser flexible y dinámica adecuándose a los desafíos y exigencias que imponen los nuevos tiempos. Sin embargo intentamos ser fieles al espíritu que anima la ley preservando la tradición de nuestros sabios sin desviarnos de aquellas cosas esenciales que hemos recibido como legado.Como creyó Z. Frankel (erudito y rabino alemán, fundador del “Judaísmo histórico Positivo”) e investigó: el judaísmo tradicional no se mantuvo estático a través de los años, sino es el producto de un desarrollo histórico y una extensa evolución.Es importante tener en cuenta que a pesar de bregar por la actualización de las leyes a una vida cambiante, el método para dictaminar los cambios no es personal o individual. Es realizado por instancias centrales del movimiento conformado por la comunidad rabínica autorizada, la Rabbinical Assembly (Asamblea Rabínica.).La diferencia esencial entre los conservadores y las otras corrientes es nuestra relación con la halajá y el lugar que ocupan las leyes éticas.Otras corrientes sostienen que cumplen la halajá escrita a rajatabla, manteniendo su estructura, estática y sin cambios, porque consideran que jamás hubo desarrollo en el judaísmo.Otros movimientos se nutren de valores de la halajá que encuentran significativos pero creen que cada uno puede optar con cual de ellos comprometerse.Nosotros nos ubicamos en el medio de ambas posturas: asumimos nuestro compromiso con la halajá y creemos que es fundamental continuar con su cumplimiento. Pero el proceso creativo revisando la halajá, dictaminando responsas, es el que asegurará al mismo tiempo la continuidad de nuestra tradición.Así lo han hecho siempre nuestros maestros desde Moshé hasta Rambam, ampliaron infinidad de conceptos y leyes, buscaron soluciones y respuestas, apuntando siempre al crecimiento y desarrollo de la vida judía.Uno de los interrogantes que surge al estudiar Talmud es: ¿ por qué quedaron registradas en sus páginas todas las opiniones, inclusive las de las minorías y no fueron censuradas para que la ley permanezca única e invariable a través de las generaciones?La respuesta es que es el disenso es el que permite la evolución y maduración de una sociedad. Además la opinión de las minorías siempre nos servirán, son para nosotros tesoros añejos que siempre podrán transformarse en vigentes si alguna circunstancia así lo exigiese. Se encuentran ahí a nuestra disposición para ser estudiados y utilizados en caso de ser necesario.En el plano de la a observancia hay muchos puntos de contacto entre la ortodoxia y el conservadurismo. La educación centrada en Dios, la Torá y el idioma hebreo. Tzedaká (justicia social), Kashrut (normas dietéticas), Tefilá y Shabat.Quizás en nuestro siglo uno de los temas más significativos que marca la diferencia es el status de la mujer y su participación en la sinagoga.Un ejemplo de esto es el argumento de la no-participación de la a mujer en la lectura de la Torá en las sinagogas ortodoxas, porque respetan la halajá tal como fue cristalizada en la edad media.“Kebod hatzibur” (el respeto a la congregación) es una de las razones que aparecen en las fuentes rabínicas para explicar la idea que una mujer no debería leer públicamente la Torá, para no herir la susceptibilidad de la congregación.Está claro que es vergonzoso que no haya en una comunidad un minian (mínimo de 10 personas adultas) de hombres capaz de leer adecuadamente la Torá, pero es claro también que el argumento en la actualidad es obsoleto. Desde el momento que el estudio de la Torá ha dejado de ser monopolio exclusivamente masculino.Los rabinos conservadores ven este concepto y los argumentos que lo avalan como convenciones sociales establecidas en otro tiempo en el que el status de la a mujer era poco privilegiado y su lugar en la sociedad era pobre, excepto en el hogar.No hay para nosotros ninguna duda de que si Rambam (Maimónides) mismo autoriza la participación de la mujer en la lectura de la Torá nosotros también debemos hacerlo.Somos testigos que mujeres desempeñan diferentes tareas, incluso liderando países y ejércitos, es evidente que las convenciones sociales han cambiado y que las circunstancias históricas nos llaman asumir los nuevos desafíos.Hoy nuestra tnuá (movimiento) cuenta con mas de un millón de miembros y este dato no es menor para el mundo judío.El JTS (Seminario Teológico Judío en Nueva York) desde 1887, es uno de los principales centros de enseñanza judía dedicado a la investigación y altos estudios judaicos, además de ser el centro espiritual del movimiento.Una experiencia que es parte fundamental de Masortí, son los campamentos juveniles. Los Majanot (campamentos) que hoy ofrecen nuestras comunidades tuvieron su origen en la red de campamentos Ramah en Usa. Las vivencias y peulot (actividades) dejan huellas indelebles en los jóvenes y evidencian el dinamismo del movimiento al servicio del futuro. Según Rabi Darío Feiguin “una escuela de vida para nuestros jóvenes”.El idioma hebreo y los elementos nacionales específicos en el judaísmo son indispensables para la conservación de una auténtica vida judía. El judaísmo no es tan solo un manojo de creencias y prácticas. Incluye lenguas y literatura, arte, normas y enseñanzas éticas, instituciones e historia.El hebreo que es nuestro idioma, moldea el contenido y la forma de nuestro pensamiento conectándonos con nuestros antepasados y nuestros hermanos judíos en cualquier lugar del mundo.Masortí es parte activa del Movimiento Sionista. Israel ocupa un lugar central en las bases del movimiento. Somos mas que un grupo religioso y nos identificamos con la nacionalidad y cultura judía, entendiendo lo indispensable de nuestro compromiso y aporte para que Israel siga creciendo y consolidándose como nuestro hogar nacional.Israel debería ser para nosotros mas que un patrimonio histórico o un refugio seguro.El mensaje del versículo bíblico “de Tzión saldrá la Torá y la palabra de Dios desde Jerusalén” junto al concepto “Kol Israel arevim ze laze” ("Todo Israel es responsable el uno con el otro") son sin lugar a dudas motores para los proyectos y programas de continuidad.Israel funciona como centro espiritual de nuestro pueblo y de allí emanan las energías vitales que nutren todos los sectores del judaísmo mundial. Allí donde el judaísmo es la cultura dominante, la libertad impulsa la creatividad fortaleciendo la vida judía en la diáspora y cuidando los lazos entre los judíos del mundo.Hoy en día existen en Israel más de cincuenta centros conservadores entre ellos sinagogas, comunidades y kibutzim. En el instituto S. Schechter se ordenan rabinos y rabinas que realizan ceremonias de casamiento, conversión, brit milá, benei mitzvá entierros y acompañan espiritualmente, en forma permanente a la gente de las comunidades, a pesar de que aun no gozan del reconocimiento de la ortodoxia tanto en Israel como en la diáspora.La juventud se agrupa bajo el nombre Noam (siglas que corresponden a Noar Masorti. (juventud masorti)) y los universitarios conforman Marom (siglas que corresponden a Merkaz Rujaní Masortí (centro espiritual masortí)).La tnuá también trabaja en el ámbito educativo, en Israel aportando al fortalecimiento de la educación judía en los programas Tali para las escuelas estatales y en la preparación de chicos con capacidades diferentes para que puedan realizar su bar y bat mitzvá.La comunidad Argentina y por extensión también Latinoamérica tuvo la bendición de recibir las enseñanzas de Rabi Marshall Meyer Z”L.Visionario, luchador incansable que se animó a ir siempre un paso mas adelante, llegando al corazón de miles de jóvenes y adultos, muchas veces haciendo frente a la resistencia y apatía del stablishment local.Trabajó arduamente en la institucionalización del movimiento, creando el Seminario Rabínico Latinoamericano y formando líderes y maestros que podamos transmitir un judaísmo sano, comprometido y vibrante.Su persona resume para mí las creencias básicas del judaísmo conservador.Su prédica tenía como eje central el ideal del monoteísmo-ético de los profetas. Aspiraba a la perfección ética poniendo énfasis en la confraternidad y la paz.Él entendía la creencia en Dios vinculada a los ideales de justicia y solidaridad. Afirmando que todos somos hijos de un mismo Padre y por lo tanto merecedores de compartir en forma igualitaria el mundo. Animándonos a buscar una nueva oportunidad, aunque el camino sea difícil. Solía enseñar “el secreto no es no tener miedo, sino atreverse a actuar, a vivir, a pesar del miedo”.Nuestra misión es la de ser socios de Dios en la obra de la creación. La justicia y el amor al prójimo (Levítico 19:18) son indispensables para un mundo mejor.Somos libres de elegir nuestro destino y como criaturas creados a imagen y semejanza divina podemos elegir “y elegirás la vida” (Deuteronomio 30:19) utilizando adecuadamente nuestra libertad y responsabilidad.Somos el “pueblo elegido” para servir a la humanidad, el cumplimiento de las mitzvot (preceptos) debe conducirnos a ser un ejemplo de rectitud y tolerancia religiosa. La ética es obligatoria para todas las personas y por eso extendimos nuestras enseñanzas al resto de los pueblos.En nuestro país, el judaísmo conservador también se ha difundido entre instituciones que se auto-definen como independientes y no están afiliadas al movimiento. Es sabido que escuelas contratan seminaristas y oficiantes que siguen los lineamientos conservadores. Encuentran en nuestros líderes y maestros la práctica de un judaísmo tradicional moderno que lucha por conservar la herencia espiritual y transmitirla a los jóvenes.Nuestro desafío es enorme. Si somos fieles a los principios y valores del movimiento Masortí y al legado que Rabi Marshall Meyer nos transmitió, tendremos que volver a las fuentes genuinas de inspiración judías. Las enseñanzas éticas y morales del judaísmo.Es nuestro deber atraer la atención de los jóvenes y mostrarles por qué vale la pena seguir siendo judío.
Sem. Judy N. de Kohn
Artículo publicado en la Revista Amijai 5768 de la Comunidad Amijai.

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