martes, 15 de julio de 2008

Los judíos ocultos - Por Alicia Benmergui

El libro de Nathan Watchtel - La fe del recuerdo - construye una galería de retratos marranos que describen los itinerarios de esos judíos del secreto, españoles y portugueses, convertidos a la fe católica a partir de fines del siglo XIV
El médico Luciano Oliveira da Paraíba indicando la letra hebrea Shin en el frente do velho oratorio que por generaciones pertenece a su familia

Odmar Braga y Nathan Watchel
El Historiador francés Nathan Wachtel nos cuenta en su libro- La Fe del Recuerdo, Laberintos Marranos, editado por primera vez en castellano en 2007, que desde hace muy poco tiempo existe un abierto retorno al judaísmo por parte de brasileños nacidos en familias cristianas, especialmente en las regiones de Pernambuco, Paraíba, Río Grande del Norte y Ceará.Algunos de ellos fueron entrevistados por el historiador que dejó testimonio de sus historias de vida en su libro. Allí relata que los entrevistados pertenecen a diferentes niveles sociales, algunos a la elite, otros provienen de sectores medios y bajos, pero sin embargo encontró que a pesar de las distancias y de las diferencias sociales y económicas, todos ellos tienen algo en común, todas las familias de conocen entre si, saben las genealogías de cada una y arreglan los casamientos pues saben que deben casarse entre si.
Entre ellos existen dos categorías, “nosotros” (o los “nuestros”) y “los otros” a pesar de que no se habla ni de cristianos nuevos ni de judíos. Se diferencian de otras familias brasileñas por la transmisión de costumbres muy antiguas y que salvo algunas cuestiones de menor importancia, la mayor parte de ellos conservan, tales como las normas alimentarias, una prohibición absoluta con respecto a la ingestión de la carne de cerdo, muy habitual y cotidiana en el Brasil. No comen pescados ni alimentos que contienen sangre. Con respecto a ese tema, la educación de los chicos es extremadamente severa, no pueden comer nada fuera de su casa, ni siquiera tomar agua como cuenta el historiador.
El sábado es día de descanso, se encienden las velas en honor de “los ángeles” pero no se utiliza la palabra Shabat. Se mantienen fechas de ayuno, muchos de los testigos cuentan que nunca vieron a sus padres ir a misa ni celebrar festividades cristianas, algunos de ellos eran violentamente anticlericales, pero también los hay quienes tenían sacerdotes dentro del ámbito familiar. La explicación sobre estos hábitos de vida es que “eran tradiciones familiares”Cuando llegaron de los sertaos a las ciudades descubrieron con sorpresa que lo que ellos consideraban costumbres puramente cristianas no lo eran, por el contrario eran muy ajenas y poco recomendables para las prácticas que la iglesia ordenaba para los buenos cristianos. Lo que descubrieron era que estaban tratando de perpetuar de alguna, manera su herencia judaica, eran lo que desde hace poco más de 500 años se llamó judaizantes. Algunos de ellos luego de constatar este origen oculto tratan y algunos lo logran de retornar al judaísmo.
Nathan Wachtel nos transcribe el testimonio de algunos de estos marranos del Brasil, en este caso el de Paulo Valadares Riberio dos Santos a quien describe como un hombre de personalidad rigurosa, austera y de firmeza en sus convicciones, alguien profundamente introvertido. Profesor de historia, con cuarenta y un años de edad proviene de una familia muy antigua cuyo pasado pudo rastrear muchas generaciones hacia atrás con algunas lagunas que intenta cubrir. Lo mas impactante de su discurso es es lo que refiere a la herencia de la sangre y la imperiosa obligación de la endogamia que debían conservar a toda costa. Su madre era de Sergipe en el Brasil y su padre de Portugal, desde donde vino para casarse con ella.Para cuando nació la familia estaba establecida en San Pablo “. . . . Mi padre era una persona muy reservada, muy secreta… no había que manifestar nada exteriormente. ¿Que me enseñó sobre la religión? Nos leía la Biblia directamente, pero sólo los Salmos. Nunca entró a una iglesia. Siempre hacía una broma ‘Si pasas por delante de una iglesia no estornudes, si no van creer que estás haciendo la señal de la cruz’. . .”Paulo relata que conservaban un estricto lo que llamaríamos nosotros un estricto cashrut, en su niñez tenía estrictamente prohibido comer o beber algo fuera de su casa, ni siquiera agua. Para no ofender a nadie tenían que tener un bagaje de buenas explicaciones, o no tener amigos, como le ocurrió a él que vivía aislado en la fazenda de la familia. Nunca trabajaba en sábado y el día de Kipur al que no llamaban así, el ayuno era muy estricto. Su madre le enseñaba cosas e insistía que debía hacerlas tal cual como se le enseñaban a ejecutarlas. Ante cualquier pregunta la respuesta era “. . porque tu abuelo lo hacía así y él dijo que había que hacerlo así. . .”
La región donde vivían era muy católica con mucha población italiana y muy devota. Su familia nunca iba a la iglesia, en un lugar donde nadie dejaba de hacerlo, los otros chicos le besaban la mano al cura cuando visitaba la escuela algo que su madre le tenía estrictamente prohibido hacer. El padre reforzaba la prohibición con la recomendación de “Si hay un buitre, no lo saludes” En su casa no había imágenes ni estatuillas, se fomentaba el desprecio por esa clase de íconos, sin embargo toda esa conducta estaba envuelta en un cuidadoso disimulo, sus padres nomencionaban el hecho de que eran judíos. Eso no se decía, las diferencias estaban establecidas por las palabras “nosotros” “y los demás” “los otros”, “los de afuera” “los descreídos”. Su explicación acerca de la cuidadosa endogamia mantenida por esos grupos es por la amenaza que significaba la Inquisición , el único modo de preservar el secreto era mantenerlo dentro del mismo grupo.
Con la adultez y la relación con los otros aprendió que las otras familias no tenían un secreto como el suyo como siempre lo había creído. Contó que es profundamente religioso, para él el judaísmo es una cuestión moral y ética, considera que el primer deber de un judío es ser una persona decente, buscar el bien, no perjudicar ni dañar a nadie en el mundo. Esa conducta para Valadares es su primer deber, practica todos los rituales judaicos, aunque no puede comprender como ocurrió la Shoá , de la que había oído, “. . Solo lo descubrí más tarde cuando nuestros atletas fueron asesinados en los Juegos Olímpicos de Munich”
Existen varios problemas muy complejos en relación a estos judíos secretos, uno de ellos es la exigencia de conversión para quienes están seguros de no necesitarlo.Según Wachtel, estos “judíos marranos” comenzaron a salir de la sombra durante los años ochenta, principalmente en los noventa, y en especial en el Nordeste de Brail. En el Estado de Río Grande del Norte, se creó la primera comunidad en su capital, Natal con el nombre de Asociación Religiosa Israelita Marrana, que era dirigida por uno de los pioneros de este movimiento Joao Fernandes Días Medeiros. En Recife, el jazan y rebe, de una sinagoga azkenazí, Isaac Essooury, sefaradí de origen marroquí impartió y dio generosamente clases de iniciación religiosa judía a un grupo de veinte jóvenes descendientes de familias de cristianos nuevos.

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